Sendero de Monte Esgueva
Localidad: Bahabon de Esgueva Distancia: 11,5 Km Tiempo estimado: 2,5 h Desnivel acumulado: 175 m Dificultad: Media Ciclabilidad: 100% Época recomendada: Todo el año Tipo de sendero: de bosque El sendero permite recorrer el monte de Bahabón, un denso bosque de roble quejigo, desde el cual se puede contemplar el valle del río Esgueva por el norte y el alto de San Lorenzo por el sur. El interior del monte constituye un excelente refugio para la fauna de la zona, siendo fácil encontrar rastros de su presencia si se camina con atención, e incluso, con algo de suerte, llegar a observarlos. Llaman también la atención los mojones de piedra situados junto al camino en el pago del Llano de San Pedro, en la extensa llanura superior del monte. Si se inicia el camino en Bahabón de Esgueva se debe salir por el sur de la localidad, pasando sobre el río Esgueva, escoltado en ambas orillas por alineaciones de chopos, sauces y fresnos. Las huertas y frutales se disponen a continuación en la fértil vega. Un poco más adelante se debe tomar por la izquierda el camino de la Hoya de los Carros, que con dirección sureste atraviesa los campos de cereal de los vecinos de la localidad, mientras se observa al frente como se eleva el monte de Bahabón. La subida por su ladera es corta y sencilla, aunque en alguno de sus tramos la pendiente exige un pequeño esfuerzo. Desde la parte superior se domina el Valle del Esgueva, cuyas fértiles tierras son aprovechadas por el hombre para la actividad agrícola. Los pequeños cotarros y elevaciones del terreno son ocupados por repoblaciones de pino, matorrales o encinares. Culminada la ascensión se llega a un cruce que permite ir a Oquillas por cualquiera de las dos direcciones que se tomen. Si se gira a la izquierda, con rumbo este, la ruta se interna en el monte de Bahabón, poblado por robles quejigos, junto con encinas y algunas sabinas. La frondosidad del bosque sólo se ve alterada por la presencia de unos llamativos mojones de piedra de forma prismática, poco habituales en esta zona, siendo más frecuentes los amontonamientos de piedras o tierra. Los mojones señalan en el terreno el límite de propiedades o jurisdicciones (por ejemplo términos municipales). Al llegar a un cruce en el que parte un camino a la derecha, se gira y se avanza por él, iniciado el descenso hacia Oquillas por la ladera sur del monte de Bahabón. Antes del giro se puede avanzar unos metros hasta un puente sobre la línea férrea Madrid-Hendaya, que ofrece unas buenas vistas de la zona. El descenso hacia Oquillas se realiza dando varias revueltas por el camino, observándose como la exposición de solana favorece una mayor presencia de la encina. A medida que se desciende, la densidad del arbolado disminuye, apareciendo zonas de matorral de genista. En las proximidades de Oquillas se alcanza la carretera a Pinilla-Trasmonte, lugar donde se gira por el camino que sale a la derecha y permite llegar hasta la localidad. Sobre una pequeña loma se erige la iglesia de Oquillas, de estilo románico, en la que sobresale su colección de canecillos con figuras de animales. Desde la iglesia se toma un camino que se dirige hacia el noroeste y que conduce hasta la antigua carretera N-1, por la cual discurre el sendero durante un tramo. Un bonito y frondoso paseo de plátanos ofrece su sombra en este trecho. El camino vuelve a ascender lentamente hasta el monte de Bahabón. En el primer cruce se gira a la derecha y poco después, a la izquierda. En esta zona el recorrido se encuentra dominado por las encinas, existiendo algunas de gran tamaño. Se llega al camino de la Hoya, que bordea el páramo por el norte, y girando a la derecha se vuelve otra vez hasta el lugar donde culminó la primera ascensión al monte de Bahabón y que permitía ir a Oquillas. El regreso hasta Bahabón de Esgueva se realiza por el citado camino de la Hoya de los Carros, ya recorrido en el inicio del sendero. Una vez en Bahabón de Esgueva merece la pena dar un paseo por la localidad, que todavía ofrece vestigios de su origen medieval, época en la que llegó a ser un notable bastión militar de la reconquista. Sus lavaderos y la iglesia, con restos románicos, son algunas de sus construcciones más notorias.
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